mi cuerpo infinito no deja pasar las horas ni las letras días de sin sentido mortal bien escritos en la memoria calcinan momentos en que se muestra el por qué no
otros comerán de tu mesa beberán el fruto de tus dedos cansados llamarán con tu garganta los colores agrios
otros serán todos los demás
no habrá más sonrisas en el fondo de la taza habrán acabado los días en que dejarse caer apaciguaba la agonía
Detengan el metal helado contra la piel de los ciegos
No llamen a los poetas por sus nombres no llamen a los poetas nunca más porque ahora somos invencibles
las piedras los palos pintores de la circunstancia todo resplandece nada destaca
He vuelto de un viaje mágico y místico. Siempre he tratado de remitirme a más poesía y menos floro, pero esta sensación de amor por el statusquo en mi interior debía ser compartida. Nada más por ahora amantes de la lectura en vertical.
Niña que aveces vuela y se estrella con postes de luz, nunca pisa las rayitas de la vereda por temor a perder una apuesta que hizo cuando tenía seis años y...qué más da.
A.k.a Claudia Ruiz M.
"En el fondo el fenomeno estético es sencillo; para ser poeta basta con tener la capacidad de estar viendo constantemente un juego viviente y de vivir rodeado de continuo por muchedumbres de espíritus; para ser dramaturgo, basta con sentir el impulso de transformarse a sí mismo y de hablar por boca de otros cuerpos y otras almas." Friedrich Nietzsche en, El Nacimiento de la Tragedia
No hago esto. Mejor dicho, no me gusta admitirlo. Le tengo profundo desprecio a esta, mi faceta recientemente descubierta, pero la asumo pues. Como si fuera la hija imperfecta de la estirpe.
¿Por qué?
Porque quizá tenga algo que decir y en esta vida uno no puede darse el lujo de andar desperdiciándo "quizás" como si fueran isopos.
No te preocupes, no pretendo ser lo mejor que te ha pasado.