El Poltergeist

Es lo que más odio de mí

La suerte de saberse incorrecto

Incapaz de ganarse el cielo



Ajeno a tu vida y la mía

La rutina desangrada y fría

ruega por la cobardía de paredes rosadas

ruega por la ordinaria guarida de los impíos

el dulce gusto de lo indebido


Que risa fluye por mis corrientes

Calla la despreciable voz de mi conciencia


Ya murió esa golondrina

titubeante y luego muda

vencida por los designios


Me reconozco

Reconozco mi piel

Hurgando por las mazmorras

Vulnerable estremecida

Glorificada por la brisa


No entiendo pero veo

Veo los extremos del montón

Crujientes abstractos, brillantes sonoros

Descalzos brazos que me tienden la mano

Que mi timorato talón ha de tomar


Prófugos oprimidos solos

Cautivos de buenas elecciones

De grotescos sermones y marchitas etiquetas

Pero solos…


Con el peso del silencio

Con la pena y desconfianza

Cubiertos-embarrados

Doloridos y cansados

¡Eres otro deja vú!






Pero dame otra línea más

de la droga dura de verte

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